¿Cómo limpiar un sofá de piel?
17 de enero, 2022Por Salomé AtikLos sofás de cuero son muebles de gran calidad que rara vez pasan desapercibidos en tu salón. Sin embargo, y a pesar de que la piel es un material resistente y sufrido, los sofás blancos o de tonos claros tienden a acumular el desgaste y la suciedad con el paso del tiempo hasta que llega un momento en que es necesario proceder a una limpieza a fondo.
El blanco es sinónimo de elegancia y modernidad, contribuye a dar luminosidad a tu salón y ofrece una sensación de limpieza y amplitud. Pero con el paso del tiempo este color comienza a deteriorarse, a formar sombras e incluso a amarillear en las partes del sofá con mayor uso. Factores como el calor extremo, la humedad y el aire muy seco, o la exposición directa al sol pueden causar daños importantes a nuestro sofá: grietas, zonas peladas e incluso moho son algunos de los signos más visibles de que nuestro sofá de piel blanco está sufriendo daños en su tapizado.
Y es en este momento cuando nos hacemos la gran pregunta: ¿Cómo limpiar el cuero? ¿Cómo limpiar un sofá de piel blanco fácilmente y sin estropearlo? La misma pregunta puede aplicarse a un love seat de cuero, un sofá reclinable, taburetes, bancos, una butaca o cualquier otro mueble realizado en piel.
Si no quieres utilizar un cojín lumbar para tapar una mancha de tu sofá moderno de piel y crees que ha llegado el momento de proceder a su limpieza en profundidad, a continuación te vamos a mostrar varios trucos para limpiarlo sin dañar la piel y para mantener el cuero limpio y en perfectas condiciones durante mucho tiempo.
Como puedes imaginar, existen muchos trucos y formas de afrontar una limpieza de tu sofá, y aquí vamos a intentar recoger los más populares.
Cómo limpiar un sofá de piel blanco
Si tu sofá es el objeto de deseo de todos los niños que pasan por tu casa y se convierte en un banco de pruebas de pinturas y meriendas -especialmente si el color de tu sofá es blanco- es posible que sufra más de lo habitual y sea escenario de más de un accidente. Cuando esto ocurra lo primero que debes hacer es, como en cualquier tipo de mueble que vayas a limpiar, aspirar o retirar con un trapo los restos de suciedad y polvo de la superficie con delicadeza. A continuación debes preparar una mezcla de jabón neutro con agua destilada y utilizar un paño suave y limpio para recorrer toda la superficie de la piel con movimientos circulares.
Cuando hayas terminado de adecentar la superficie, utiliza una toalla limpia humedecida en agua limpia para retirar toda la suciedad. Es conveniente que vayas limpiando la superficie por partes y te centres en un área concreta del sofá antes de pasar a la siguiente. Así podrás asegurarte de que las zonas que trabajas quedan completamente limpias y comparar el resultado con las que todavía restan por limpiar.
Una vez hayas retirado todo, seca la superficie y retira la humedad con otro paño limpio y absorbente. Cuando lleves a cabo este proceso debes recordar que la piel es un material resistente y duradero pero también es enemiga del agua, así que evita usar demasiada, escurre correctamente los paños que utilices, y procura que estos sean de tejidos suaves.
Cómo retirar el exceso de suciedad
En caso de que tu sofá tenga un exceso de suciedad porque llevas mucho tiempo sin someterlo a una limpieza en profundidad, debes llevar a cabo una dinámica algo diferente: utiliza la misma mezcla de agua destilada y jabón neutro, pero a continuación frota hasta producir una espuma muy abundante, y utiliza un cepillo suave para retirar la suciedad de una forma más efectiva. El aclarado lo tienes que realizar también con un paño limpio humedecido en agua, y a continuación secar bien con otro paño limpio.
En caso de que ninguna de estas opciones funcione, puedes llevar a cabo una labor más intensa: coge un recipiente con agua, detergente neutro y un buen chorro de un limpiador de cuero que contenga aceite de pino, que tiene acción desinfectante y aroma fresco a pino. Utiliza a continuación una esponja grande y frota con la espuma que consigas de esta mezcla de forma persistente. A continuación coge un cepillo medio, es decir, que no dañe la superficie de la piel pero que tenga la suficiente dureza como para actuar ante las manchas, y pásalo por las diferentes zonas del sofá. Después debes aclarar la superficie y limpiar la suciedad con un paño con agua y un poco del mismo desinfectante de aceite de pino. Para finalizar, quita los restos de agua con un paño limpio y seco.
Cosas que debes evitar
Una de las cosas que debes evitar a toda costa a la hora de limpiar un sofá blanco es utilizar limpiadores químicos que puedan resultar abrasivos e influir en el envejecimiento natural de la piel. Entre estos productos se encuentran el alcohol y el amoniaco, aunque, como te explicaremos más adelante, hay quien aporta algunos matices a estos vetos.
Cómo mantener en buen estado el sofá blanco
Cuando hayas devuelto a la vida a tu sofá de piel blanco lo que debes hacer es intentar que mantenga su salud y vitalidad durante el mayor tiempo posible y, obviamente, no manchar su superficie. Y para ello hay algunos trucos que te ayudarán a prolongar la belleza y el esplendor de este mueble para que continúe siendo el rey de tu salón y el protagonista de tu casa.
Lo primero que debes hacer es utilizar la aspiradora de forma habitual para retirar todos los restos orgánicos, de polvo, etc., que se puedan acumular a lo largo del día. Puedes utilizar un trapo levemente humedecido en agua para intentar retirar los restos de grasa o polvo que hayan quedado incrustados.
Recuerda que la piel sufre con la exposición directa al sol, así que procura preservar tu sofá de piel de su acción, y búscale un lugar privilegiado para que luzca como debe pero en el que no reciba una gran cantidad de luz natural directa. Los rayos solares no solo son enemigos de los tejidos sino también de la piel, porque se come literalmente sus colores.
También tienes que tener cuidado con las fuentes de calor. La piel es muy sensible a las temperaturas extremas porque terminan deshidratándola y eso puede terminar por agrietarla y deslucir su aspecto.
Como te hemos mencionado antes, el exceso de humedad es enemigo de la piel, así que debes tener mucho cuidado a la hora de limpiar el sofá, o incluso si sufres un vertido de agua u otro líquido de forma accidental. En ese caso debes limpiar rápidamente la superficie para evitar que más adelante aparezcan manchas e incluso rastros de moho que echarían a perder tu sofá. Para ello debes usar tejidos absorbentes y asegurarte muy bien de que no extiendes la humedad.
En todo caso, debes seguir las recomendaciones de limpieza y mantenimiento del fabricante para preservar la elasticidad del tejido y garantizar su durabilidad.
Otros trucos de limpieza
A pesar de que los consejos que hemos recogido son los más convencionales y habituales, y son válidos para la piel y para el cuero de imitación, también hay otros productos que tienen cierta fama para limpiar un sofá de piel blanco o de otro color y conservarlo:
- Crema. Aunque pueda parecer algo extraño, la crema que utilizamos para limpiar e hidratar nuestra piel puede ser también beneficiosa para la salud de nuestro sofá. Lo que tienes que hacer es limpiar la superficie con una crema limpiadora y después aplicar la hidratante, al menos un par de veces al año: además de limpiar la superficie verás cómo la superficie de tu sofá rejuvenece y recupera su esplendor. Eso sí: para evitar sustos y situaciones desagradables, antes de lanzarte a limpiar e hidratar las partes más visibles del sofá utiliza ambos productos en una zona más oculta, como la parte interna del reposabrazos. De esta forma te asegurarás de que las cremas no tienen productos grasos ni componentes que puedan perjudicar tu sofá.
- Toallitas de bebé. En general, todos los productos de cuidado de la piel deberían ser compatibles para acometer el cuidado de tu sofá de piel. Y las toallitas higiénicas para bebés son unos de ellos. Este tipo de toallitas están indicadas para las pieles delicadas de nuestros hijos y carecen de componentes abrasivos o de cualquier otro tipo que puedan dañar la superficie de nuestro sofá. Por eso están indicadas para la limpieza de nuestro sofá, aunque la más leve.
- Cerveza. Dicen que la cerveza es un gran remedio para acabar con las manchas más difíciles, pero tanto en éste como en muchos otros casos debes actuar con cautela. Prueba esta opción si no encuentras la forma de librarte de las manchas más difíciles pero hazlo antes en una zona apartado y que no se vea para comprobar su efectividad y que no deja recuerdos inesperados. Cuando hayas terminado de utilizar la cerveza, pasa otro trapo limpio humedecido en agua y finalmente uno seco.
- Cítricos. Otra de las opciones que dice el imaginario popular es utilizar cáscara de limón o de naranja para limpiar las manchas más rebeldes de tu sofá. Sin embargo, recuerda que los cítricos pueden resultar agresivos en algunas circunstancias, así que vuelve a la prudencia y haz una prueba en un rincón de tu sofá antes de embadurnarlo de cáscara de limón o de naranja.
- Clara de huevo. La clara de huevo batida a punto de nieve es otra de las opciones caseras que puedes encontrar a la hora de limpiar tu sofá de piel: únicamente tienes que batir la clara de huevo a punto de nieve y aplicarla con un paño sobre la mancha en varias ocasiones hasta intentar acabar con ella.
- Amoniaco… ¿sí o no? En principio, el uso de productos químicos para limpiar una superficie natural como un sofá de piel está absolutamente contraindicado, y muchos fabricantes lo desaconsejan con insistencia. La razón es simple, este tipo de productos puede eliminar la capa protectora y el brillo del mueble, y contribuir a su deterioro prematuro y rápido. En cualquier caso, si en alguna ocasión estás desesperado porque no encuentras la forma de quitar una mancha persistente de tu sofá de piel blanco y tienes pensado utilizar amoniaco para hacerlo, rebájalo con agua y haz una prueba en un rincón del sofá para asegurarte de que los beneficios son más claros que los riesgos.
Cómo recuperar el esplendor de tu sofá de piel
Si con el paso del tiempo compruebas que tu sofá ha perdido parte del brillo y la intensidad que te animaron a comprarlo puedes recurrir a algún truco que contribuirá a darle luz y a recuperar su esplendor natural. Para ello solo necesitas un poco de aceite de linaza y vinagre de vino blanco: mezcla una parte de vinagre y dos de aceite, y con la ayuda de un pulverizador aplica la mezcla sobre el sofá. Reparte la mezcla por toda la superficie del sofá. Deja que repose unos minutos y con un paño seco frota sobre la superficie para que recobre su brillo.
Además de este truco puedes utilizar otro que tiene como protagonistas al talco, la cera de abeja y la clara de huevo. El talco puede ser muy útil para dar brillo a tu sofá después de haberlo limpiado profundamente. Una de las formas de devolverle el aspecto original consiste en colocar un poco de talco sobre un paño y empezar a frotar a través de toda su superficie. A continuación utiliza una mezcla de cera de abeja y de trementina, aplica la mezcla sobre el sofá y deja que se seque antes de pasarle un paño seco y sacar brillo a tu mueble.
Estos trucos pueden ayudarte a dar una segunda vida a ese sofá de piel que ha acumulado algo de suciedad o incluso estás pensando jubilar. Si el sofá sigue resultándote cómodo y está en buenas condiciones estructurales, prueba estos consejos para seguir disfrutando de tu sofá unos años más.